lunes, 22 de agosto de 2011

¿Hay que quemar los papeles?

Hace apenas unos días, antes de las elecciones primarias, publiqué en este blog una nota en la que analizaba el futuro del kirchnerismo y que sería de él, o, más bien, que sería más probable que le deparara el futuro. Pues bien, hoy no estoy tan seguro de todo eso que propuse.

Estoy convencido de que, en esencia, ese es el espíritu de la reforma política: la consolidación de los grandes partidos (básicamente, dos, aunque el radicalismo tiene que remar mucho para pararse como la alternativa al peronismo hoy por hoy) y que dentro de estos partidos se diriman las tendencias. Alguno podría decir “bueno, pero ¿hasta qué punto Duhalde o Menem son parte de un movimiento nacional y popular como el peronismo?”. Y yo también me lo permitiría dudar, pero, en fin, justamente para eso estarían las internas, para dejar en claro quien realmente representa a esa fuerza política y los pilares que la sostienen y la hacen lo que es. Dicho de otro modo, es la gente la que tiene que ponerle los puntos a quien quiere ocupar un lugar al que no parece pertenecer, o premiar a quien se acerca a lo que esa sociedad interpreta que significa esa fuerza política. La crisis política en Argentina tiene mucho que ver con esto: todos los partidos se pueden parecer, al punto de que fuerzas en principio populares como el peronismo (casos Menem o Duhalde), el radicalismo (diría que desde Yrigoyen para acá, casi todos) o el mismo socialismo (Binner, que no puede disimular sus buenas relaciones con las corporaciones de medios y sobre todo la agropecuaria) pueden tener visiones muy conservadoras de su rol como tales fuerzas políticas, muy limitadas y hasta si se quiere, pacatas. Me acuerdo de un ejemplo que ilustra muy bien este punto: Pino Solanas, en el debate porteño del 2009, atacó al macrismo por dos cosas fundamentales, una, los prostíbulos. La segunda, el aumento del ABL, que es probable que haya sido la medida más progresista del macrismo desde que llegó al poder en 2007.

El kirchnerismo tiene algo que no tiene el resto, y es esa suerte de irreverencia, la intransigencia que a tantos –ajenos y también propios– incomoda. Es cierto que uso palabras un tanto exageradas, pero visto desde la perspectiva de lo que han sido los gobiernos desde 1983, el gobierno parece ser trasgresor por el mero hecho de ejercer el poder, que, claro, es lo que le corresponde a fin de cuentas porque para eso está la democracia representativa. Es cierto, y lo sostengo aún, que los medios tienen la capacidad de crear una situación aparente, que en muchos casos es exagerada y en otros es directamente inventada, como el caso “Argentina, país inseguro”, y que en esa coyuntura los gobiernos ganan estabilidad cuanto más demagogos son. Pero el precio de esa demagogia existe, y el gobierno actual ha sabido equilibrar –con sus errores, claro, pero fundamentalmente con sus aciertos– hasta que punto dar rienda a los deseos caprichosos de nosotros, el pueblo, sin perder su autonomía. Para el caso, en la nota anterior ponía como ejemplo lo de los gendarmes o los patrulleros en la calle, que ya sabemos –a menos que seamos demasiado ingenuos– que no van a llevar a cero los casos de homicidio y los consecuentes rebotes televisivos.

Me permito, entonces, dudar de la idea de que el kirchnerismo es hoy la fuerza del orden, y que la gente ha elegido esa fuerza del orden. Dicho en otras palabras, lo que algunos definen más o menos así: a la izquierda del kirchnerismo no hay nada porque tampoco lo hay a la derecha, en tanto el oficialismo hoy triunfa porque a fin de cuentas triunfan todos los oficialismos cuando las cosas andan bien.
Es una interpretación conservadora, y está bien, porque de todos modos todos hablamos de algo que no conocemos: la voluntad de cada uno de los que eligen. Pero yo no la comparto del todo, precisamente por ser una interpretación conservadora aplicada a un gobierno que no cumple con los requisitos de un gobierno conservador “hecho y derecho”.

En todo caso, el problema acá está en plantear que o bien hay un conservadurismo, o hay una auténtica revolución. Algo parecido a lo que sucede con las izquierdas respecto a la negación del peronismo como movimiento revolucionario; todo depende de cómo uno define el juego y el tablero, y cuantos grises se permiten entre las fichas blancas y negras. Porque uno bien puede recortar la historia, y decir que de la boca de Perón salieron palabras como, por ejemplo, aquellas cuando llamaba al pueblo a empuñar las armas contra los asesinos que bombardearon la Plaza de Mayo:


El reciente resultado de las elecciones primarias es demasiado contundente para liarlo así como así a los resultados de las elecciones provinciales o distritales del presente año. Las únicas comparables en número incluyen al oficialismo (caso Salta). Ahora bien, cuando miramos los resultados de las elecciones en el resto de las provincias, en casi todas excepto la Ciudad de Buenos Aires (dónde, aún así, Macri necesitó el ballotage para completar el triunfo) la oposición tuvo una arremetida oficialista que sorprendió: en Catamarca directamente el oficialismo le ganó a un Frente Cívico que venía ganando hacía veinte años, en Tierra del Fuego Bertone ganó la primera vuelta holgadamente y por muy poco no se quedó con la gobernación, en Chubut hubo que volver a votar en algunos pueblos y ciudades por lo apretada de la elección. Los otros dos casos en los que la oposición ganó fueron Santa Fé y Córdoba. En el primero ganó el binnerismo, actual oficialismo, por muy poco sobre un candidato testimonial como Miguel del Sel. Y en el segundo ganó De la Sota sin definirse por alguno de los sectores en los que se divide hoy el justicialismo nacional, y apostando a sumar el voto kirchnerista, lo que se desnuda con los resultados de las primarias.

Es decir, me permito dudar de la idea de que la gente vota a los oficialismos, y que una sólo una intensa minoría valora el rol político del gobierno. Porque el tema es… ¿y qué tal si no es exactamente así? Quiero decir, ¿qué pasa si en realidad hay un voto más complejo, que va más allá de “pagar el plasma y ver a Tinelli” y tiene que ver con el reconocimiento del ejercicio del poder político del gobierno? Hace rato que me resisto a la idea de que hay un estilo K, sino que más bien lo que trajo el oficialismo bajo el brazo es la decisión de hacer cosas cuando lo cree conveniente y ejercer el verdadero poder político, lo que nadie hizo desde que la democracia fue asaltada y ultrajada por la última dictadura militar. Ha sido así también con Kirchner casi inmediatamente luego de ganar las elecciones de 2003, no es un fenómeno post 2008: el pago al FMI, el no al ALCA, la reivindicación de los desaparecidos y la bajada del cuadro de Videla, la ruptura con Duhalde, entre otras cosas, muestran el carácter no tan pragmático del kirchnerismo. ¿Quién puede creer que bajar el cuadro de Videla apenas un año después de asumir el gobierno con 55% de pobres y 25% de desocupados paga políticamente? ¿Alguien puede creer seriamente la gilada esa de “los Kirchner se apropiaron de los DDHH porque les conviene”?

Si uno lee la historia completa, la “victoria de los oficialismos” está acompañada de un crecimiento importante del oficialismo nacional en todas las provincias. Hay gente que dice “yo estoy con este gobierno”, una situación que no sucedía cuando el pragmatismo del elector invitó a votar a Carlos Menem en 1995. Hay una militancia joven novedosa, inédita para los últimos años de recuperación democrática. Es decir, hay fenómenos que diferencian notablemente este momento del conformismo menemista, o el mismísimo voto conservador a Kirchner cual “chirolita de Duhalde”, a decir de Mariano Grondona, en 2003. Y, sobre todas las cosas, hay un gobierno que, literalmente, se pelea con los que cuentan las “verdades” del día a día al tipo de a pie, y aún así un 50% y algo más de la población le da su apoyo.

Lo que está escrito en los libros ahora corre riesgo de quedar obsoleto. Quizá no es que el oficialismo tenga que acostumbrarse a períodos más conservadores. Quizá lo que venga sea la necesidad –inédita, diría, y a la vez saludable– de reconfiguración de una oposición que revalorice el rol de la política y se dé su lugar por encima de ese “sentido común” etéreo que estamos (mal) acostumbrados a tragar, independientemente de sus bases ideológicas, y por encima de las corporaciones que juegan el juego de la política en la periferia del tablero.

Publicado por: Patricio

martes, 16 de agosto de 2011

Apoyo Explícito de Varios Rectores a Cristina Kirchner


Miércoles 10 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa
Respaldos y críticas en la campaña
 
Por Mariano De Vedia  | LA NACIÓN

Mientras comenzaron las reuniones preliminares con el Gobierno para elaborar planes para los próximos cinco años, que incluirán previsiones presupuestarias, varios rectores de universidades nacionales se alinearon con el oficialismo y expresaron ayer públicamente su respaldo explícito a la reelección de Cristina Kirchner.
Lo hicieron por dos vías: al estampar su firma en una solicitada titulada "La Universidad con Cristina", publicada en el diario oficialista Tiempo Argentino, y al compartir un acto con los ministros de Educación, Alberto Sileoni, y de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, en el hotel céntrico NH Tango.
Los rectores Rubén Hallú (Universidad de Buenos Aires), Ana Jaramillo (Lanús), Daniel Martínez (La Matanza), Horacio Gegunde (Lomas de Zamora), Gustavo Lugones (Quilmes), Aníbal Jozami (Tres de Febrero), Javier Gortari (Misiones), Oreste Cansanello (Luján), Norberto Caminoa (Chilecito), Héctor Brotto (Universidad Tecnológica), Adolfo Genini (de la Patagonia San Juan Bosco) y Liliana Demaio (Instituto Universitario del Arte) firmaron la declaración, junto con profesores y estudiantes de la comunidad universitaria, en la que expresan su apoyo directo a la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou.
"El proceso iniciado en 2003 posibilitó la reconstrucción de la Argentina, que fue destruida por la aplicación de políticas neoliberales", señalaron los rectores en la solicitada al justificar su respaldo.
Añadieron que desde esa fecha se incrementó un 550% el presupuesto para el área de ciencia y tecnología, además del crecimiento de los salarios docentes, las becas del Conicet y la inversión en educación.
Si bien el respaldo no compromete institucionalmente a las universidades ni al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), se interpreta que ha predominado la posición de rectores cercanos al kirchnerismo, que impulsan una presencia más activa de las universidades en los debates políticos del país.
En varias universidades se explicó que el pronunciamiento es a título personal y no fue objeto de debate en los consejos superiores de cada universidad.
Pese a que en los últimos años el CIN se pronunció reiteradamente en contra de la creación de nuevas universidades, para evitar la saturación y superposición de ofertas académicas, los rectores señalan como uno de los logros de la gestión kirchnerista "la construcción de nueve universidades en el interior y el conurbano bonaerense".
La mayoría de ellos acompañaron la semana última a la Presidenta en un acto oficial, cuando anunció el aumento a los jubilados, y estuvieron ayer con tres ministros. A la reunión con Sileoni y Alicia Kirchner, se sumó, al caer la tarde, un acto en la plaza Houssay, con el candidato a vicepresidente, Amado Boudou, donde se leyó la declaración.
No adhirieron al pronunciamiento, en cambio, rectores de otras instituciones. Por ejemplo, la Universidad Nacional de La Plata, pese a la polémica distinción que la Facultad de Periodismo de esa casa de estudios le entregó en junio a Hebe de Bonafini.
Fuentes cercanas a la sede platense señalaron a La Nacion que los rectores nunca trataron institucionalmente un documento de apoyo a Cristina Kirchner. Y no sólo eso: el presidente de la institución, Fernando Tauber, recibirá mañana a los candidatos Hermes Binner y Margarita Stolbizer, del Frente Amplio Progresista.

miércoles, 10 de agosto de 2011

El kirchnerismo y el 2012


Hay una certeza en torno al futuro político en la Argentina y puntualmente en torno al peronismo: gane o pierda las elecciones, el oficialismo en tanto kirchnerismo “puro” (digamos, conducido por Néstor o Cristina Kirchner, hoy irremediablemente por Cristina) va a tener un plazo de cuatro años como máximo, y está limitado a un tiempo muy corto, a menos que se diera una improbable reforma constitucional. Incluso, uno puede aventurar que el kirchnerismo actual de todos modos va a sufrir modificaciones aún con Cristina en el gobierno (y eso es normal, dado que la política no es estática, y generalmente menos si hablamos de peronismo).

La gran pregunta es, entonces, ¿seguirá existiendo el kirchnerismo?

Las respuestas posibles son muchas. Está claro que el peronismo, hasta los Kirchner, vio desvanecer sus subgéneros (menemismo, duhaldismo y otros menores) a niveles impopulares. Si Duhalde se presenta hoy a elecciones no tiene que ver esto con que tenga en mente que ese 15 o 20% que puede aspirar a conseguir es duhaldismo, a diferencia del kirchnerismo que si tiene una identidad un poco más definida.

Quien escribe se anima a aventurar que el futuro del kirchnerismo difícilmente pueda ser el de la desaparición al estilo menemismo, o de la conformación de un movimiento o partido nuevo. Sin embargo, con o sin los Kirchner, creo que el kirchnerismo llego para quedarse. Si existe un ala alfonsinista en la UCR, con mas razón uno puede imaginar que se conforme un ala kirchnerista dentro del justicialismo. La entrada en escena de las primarias abiertas podría ser el origen de lo que no se ha dado para este caso: una polarización intra-partidos entre alas más liberales o mas estatistas, por ejemplo. El kirchnerismo ha recuperado la interpretación del peronismo que se perdió con el menemismo, la de un partido cuyos ejes son el trabajo y la participación activa del Estado en la vida democrática de los argentinos, interpretación que muchos pueden denominar “peronismo de izquierda”, y no está del todo mal.
Así, lo que resultaría de este fenómeno seria una consolidación fuerte del bipartidismo y la desaparición paulatina de terceras fuerzas, como el PRO, que además de tener poca razón de ser vería mermar sus filas por el exilio del peronismo liberal -si le podemos llamar peronismo, pero esas son interpretaciones personales- al PJ.

Por supuesto, esto traería como consecuencia una tendencia al ir y venir clásico de la orientación de los gobiernos: un poco más hacia el estatismo o a la izquierda, un poco más hacia el liberalismo o la derecha, con lo cual uno imagina por momentos que una Cristina Kirchner o una Stolbizer sean las referentes de los partidos mayoritarios, y por otros que un Duhalde o un Cobos sean esos referentes. Digamos que, de algún modo, es a eso a lo que nos lleva la reforma política.

Y ahí surge otra pregunta: En tal caso, ¿cuáles serán los límites del kirchnerismo? O bien, y más fácil, ¿cuáles deberían ser esos límites? Existen diferentes formas de interpretar al kirchnerismo, y eso es lógico teniendo en cuenta su propia complejidad. Algunos creemos que el kirchnerismo tiene la obligación de tener a mano formas edulcoradas de sí mismo, como el caso de Daniel Scioli, para periodos en los que el estilo fuerte que representa el kirchnerismo “puro” sea impopular. Dicho de otra forma, tener un colchón que le permita al kirchnerismo seguir siendo y preservar todo lo que se pueda de lo que construye cuando es gobierno y juega a pleno. A diferencia de los sectores mas “extremistas” (no es la palabra, pero bueno) del kirchnerismo, creo que no es lo mismo Scioli o Urtubey que Macri. Sabemos que son conservadores en muchos aspectos, pero también que representan a sectores sociales populares que son los que los votan. Es decir, Scioli o Urtubey tienen la necesidad de gobernar para las clases sociales más postergadas por diversos motivos pero, fundamentalmente, porque son peronistas y están fuertemente vinculados al kirchnerismo. A ninguno de los dos les conviene diferenciarse del oficialismo para convencer a los anti, simplemente porque ya cargan con el estigma del peronismo y del kirchnerismo. Ninguno como potencial presidente cometería hoy el suicidio de modificar la matriz del desarrollo económico-social que construyo el kirchnerismo en tanto esa matriz permita mantener las variables socioeconómicas en niveles razonablemente buenos para lo que dejó el neoliberalismo que llego con la dictadura. Podrían, candidatos como estos, mostrarse más condescendientes con el poder mediático -diría, el gran enemigo del kirchnerismo- pero en la cáscara, en las formas, como de hecho en parte hoy lo hace el kirchnerismo por necesidad: por ejemplo, gendarmes en la calle, aunque la “inseguridad” sea más una fantasía que una realidad. A fin de cuentas, es cáscara si el Estado no decide reprimir.

Estoy convencido de que la mayoría del peronismo (hablo del votante o el militante fundamentalmente), incluso muchos de los que hoy eligen a Duhalde o Rodríguez Saa, no quieren volver al menemismo. Y eso es muy bueno, si se quiere, y es un gran merito del kirchnerismo, el haber devuelto al peronismo sus banderas históricas, las que perdió a manos del menemismo. El problema es que la sociedad de hoy -en el mundo, diría- está fuertemente atravesada por la virtualidad, es decir, por los medios con todo lo que esa palabra significa. La virtualidad a la que me refiero implica que una realidad puede ser creada, a partir de que es modificada magnificando, minimizando, omitiendo, tergiversando o simplemente inventando determinados hechos. Cualquier encuesta hoy revelaría que la mayoría de la gente está preocupada por la “inseguridad”, pero que la mayoría de esa gente preocupada no sufrió un hecho delictivo y le llega esa información vía medios masivos de comunicación -o por rebote.

Con una sociedad así, siempre va a ser inútil el esfuerzo comunicacional del Estado. Por eso, no es que el Estado comunica mal, es que la gente no cree en eso que se le comunica. Raramente la gente le cree mas al gobierno que a los medios masivos de comunicación.
Por eso, es necesario que el kirchnerismo en tanto peronismo de importante presencia estatal y orientado al bienestar de las clases trabajadoras por encima del liberalismo, comience a ampliar su brecha lo más posible, sin por eso dejar un solo principio en el camino. No seria difícil que en un futuro no muy lejano dentro del PJ haya dos ramas, y una de ellas sea la rama kirchnerista. Me parece que tampoco seria extraño ver ahí a Scioli o Urtubey como referentes, y hay que ir pensando en eso, de a poco, como una posibilidad concreta de cara al futuro, pero ya asomando en 2012.

 Publicado por: Patricio.

viernes, 5 de agosto de 2011

Carta escrita por Kike Mosquera (Coordinador de la CCC de Libertador San Martín, Jujuy)

de La Corriente Cepa Uba, el jueves, 04 de agosto de 2011 a las 1:03

Cuando me pidieron que escriba esta carta, me junte con mis compañeros para ver qué escribía. Uno me dijo que hable con el corazón, otro me dijo que vaya al Triángulo y que escuche a los compañeros…

No se si estoy a la altura de poder reflejar todo lo que me pidieron que diga pero me suenan y resuenan en la cabeza palabras como dignidad, rebeldía, valentía, lucha, amor a nuestros hijos, justicia, vivienda digna, solidaridad, bronca, dolor, reclamo, justicia, tierra y trabajo.

Lo primero que debo decir, que no me puedo olvidar, es que estamos todos conmovidos por los asesinatos de nuestro 4 jóvenes que se suman a la lista de todos lo muertos del pueblo por luchar por la tierras y por la dignidad, pero también por la inmensa solidaridad, la inmensa muestra de cariño y apoyo de todo el pueblo argentino desde Tierra del Fuego a La Quiaca, desde la Cordillera de los Andes hasta Buenos Aires.

Cuando iniciamos esta lucha por la tierra, quizás por costumbre a la vida que tenemos, quizás por el poderío de la empresa Ledesma, nadie nos creyó que íbamos a osar tomar tierras a Ledesma… ¡A la empresa Ledesma!.. A esa empresa que tiene 157 mil hectáreas y donde Fraile Pintado, Libertador, Calilegua, Caimancito, Vinalito y El Talar somos pueblos incluidos dentro del Ingenio. Tomamos 15 hectáreas de la empresa que tiene sólo 38 mil hectáreas en producción y que en el último año tuvo una ganancia neta de 158 millones de pesos y se da el lujo de negar un aumento de 150 pesos por sobre las paritarias como plantearon los obreros del azúcar en el ultimo paro.

Es la misma empresa que paga 9,14 pesos de impuesto inmobiliario por hectárea, que paga el 1,6% de ingresos brutos cuando las cooperativas de vivienda de los desocupados pagan el 2,5% o que en nuestra localidad paga de alumbrado, barrido y limpieza menos que la feria municipal de frutas y verduras.

Osamos tomar tierras de la empresa que en plena dictadura organizó la Noche del Apagón donde se secuestraron a más de 400 personas, desapareciendo a 33 y que fueron llevadas a los campos de concentración de Ledesma. Osamos tomar tierras a la empresa que tiene seguridad privada, servicio de inteligencia propio, que monitorea todo lo que ocurre en nuestro pueblo, que tiene rottwaillers entrenados, que usan armas, motos, cuatriciclos, 4x4, que producen energía propia equivalente a la que abastece a todo el NOA, que tiene aeropuerto propio. Osamos tomar tierras a la empresa a la cual la municipalidad le tiene que pedir permiso para acceder al río, aunque parezca raro esta situación es parte de la “modernidad” de la empresa porque hasta la década del 50 la empresa cerraba los portones a la noche y no permitía que nadie pase por la vieja ruta provincial.

El pueblo de Libertador osó tomar tierras, nos animamos, en definitiva nos pusimos de pie. Cuando un pueblo se pone de pie y lucha no hay terrateniente, ni monopolio, ni empresa asociada a los imperialismos que pueda derrotarlo. Cuando un pueblo se pone de pie y lucha no hay gobierno servil, no hay jueces, no hay fuerzas represivas que pueda derrotarlo. Quizás cuando nos pusimos de pie nos iluminó el camino las rebeliones matacas de 1908 y 1909 contra Ledesma, o la rebelión de 1946 cuando la cuña Mari paseo por el pueblo a latigazos a los jefes de la empresa tal como ellos hicieron con los obreros durante años. O más aquí en el tiempo el Cordobazo, los cutralcazos, el Libertadorazo del `97 y por supuesto el glorioso Argentinazo y “el que se vayan todos”.

Mucho se ha dicho en estos días sobre lo que pasó en nuestro pueblo. Mucho se ha dicho de los autores de los asesinatos de nuestros 4 jóvenes. Nuestros muertos no son un hecho aislado son parte de los 14 muertos por la represión en luchas por la tierra en lo que va del año. Lo cierto es que el gobierno provincial de Fellner- Barrionuevo y Ledesma de los Blaquier son los responsables de la brutal represión y las muertes de nuestros chicos junto al juez Samman (el que se fue de vacaciones) y la policía provincial que responden a los mandos de la empresa Ledesma y la propia seguridad privada de Ledesma de Blaquier. De ese señor que manda a pedir las empanadas en avión privado para que se las lleven de Libertador a su mansión en San Isidro, que tiene en La Torcaza mármoles traídos de Italia solamente por lujo, que como poeta vocacional no hace rimas sobre la contaminación ambiental que nos hace vivir todos los días y por la cual todos nuestros chicos cuando nacen tienen problemas respiratorios. El poeta vocacional, el pseudo historiador que levanta al genocida Roca, pariente lejano de Don Carlos Pedro Blaquier se enamoró de la dictadura, como de Menem, o ahora de Cristina Kirchner, pero no se casa con los gobiernos de turno y puede mantener su apego a los gobiernos en tanto les sean funcionales.

El operativo de represión salvaje que se ejecutó el jueves pasado responde a una estrategia de preservación de su poder y quizás a planes oscuros por la disputa del poder, que ya lo conocimos en las últimas décadas con la Noche del Apagón de julio de 1976 o con el asesinato de Ibáñez y Cuellar en el año 2003, año en el que Eduardo Fellner era gobernador de la provincia.

En la provincia, en la madrugada, aprobaron una ley de expropiación de la cual no fuimos consultados, ni siquiera la conocemos.

El gobierno nacional hizo un repudio pero con eso no alcanza, para que no haya impunidad exigimos que desarme y desmantele el ejército privado de Blaquier. Exigimos que este señor pague con la cárcel común por todos los crímenes cometidos contra el pueblo.

El gobierno nacional habla de la redistribución de la riqueza... por aquí no hubo redistribución de la riqueza. Nosotros cobramos planes de 225 pesos y Blaquier se autopaga, junto al resto del directorio, 20 millones de pesos. En 8 años Ledesma solo creó 120 puestos de trabajo… ¿estarán contemplados en los 4 millones que se dicen que se crearon?

Recordemos que mientras Ledesma echaba en la década del ‘90 a 10 mil obreros, la dueña Nelly Arrieta de Blaquier declaraba que le agradecía a Menem y a la flexibilización ya que gracias a esta y a la tecnología “la gente” tendría tiempo de ver museos.

Podrán ensuciarnos, podrán mentir, podrán encarcelarnos pero no podrán quebrarnos. No podrán extorsionarnos. No todo se compra, no todo se vende, mejor dicho nuestro pueblo no esta en venta. Con la lucha, la verdad sale a la luz porque la verdad es revolucionaria, porque lo que hicimos fue por necesidad pero sabemos también que lo que hicimos es un paso más hacia la liberación nacional y social que necesita nuestro pueblo… El pueblo argentino. Por eso como siempre decimos cuando terminamos un discurso en Libertador ¡A luchar! ¡A luchar! ¡A luchar! Hasta la victoria compañeros.

Justicia por Ariel Farfán, Félix Reyes, Juan José Velazquez y Alejandro Farfán.

Cárcel a todos los asesinos materiales, políticos e ideológicos e intelectuales.

¡Justicia, tierra y trabajo para todo el pueblo argentino!


Kike Mosquera
Libertador General San Martín, 2 de agosto de 2011