
Se acabó la inseguridad, ¡gracias a
dios! ya no hay problemas con los patovicas en los boliches. La muerte en los
countries es un mal recuerdo. El narcotráfico ha dejado de ser el problema de
nuestro país sudaca. Hemos logrado la paz.
Pero... leyendo Clarín y La Nación, descubro que hoy nuestra única preocupación
es el dólar.
Enciendo la radio, Carlos Heller, presidente del Banco Credicoop, afirmó
en diálogo con Victor Hugo Morales, por Continental, que su entidad vendió
dólares normalmente siguiendo los nuevos controles de la AFIP.
Sin embargo, La Nación publica hoy: Bloquearon la venta de dólares al público:
«Pero el dato central fue
que las medidas difundidas el fin de semana para reprimir la creciente sed
dolarizadora de los argentinos provocaron el efecto contrario: despertaron ese apetito
aun entre quienes hasta ahora no se mostraban preocupados por las señales
de corrida que ya mostraba la plaza local e hicieron que la compras de bonos en
dólares (como forma de asegurar un flujo futuro de billetes) se dispararan...».
En otra nota de La Nación, Fernando Laborda, afirma que
El Gobierno
perdió la primera batalla contra el dólar,
contradiciéndose con la nota anterior. Usted se preguntará ¿por qué se
contradicen ambas notas? Porque en la primera nota dicen que nadie pudo comprar
dólares salvo las empresas, y el la segunda dicen que a pesar de las "restricciones"
se vendieron 100 millones de dólares. Conclusión: esos "enormes 100
millones" fueron comprados, por ejemplo, por empresas que cotidianamente
importan y necesitan divisas para cancelar los pagos. Nada nuevo. Ninguna derrota.
Pero Laborda insiste con su alarma falaz, partiendo de una premisa
falsa. La venta de dólares no es una derrota gubernamental; lo que se quiere
saber es quién compra y con qué lo hace, evitando la economía en negro,
informal, o como guste llamarla:
«El Gobierno perdió la
primera batalla contra los buscadores de dólares. Pese a las resoluciones del
Banco Central, al ejército de 4400 empleados de la AFIP que puso en bancos y
casas de cambio, a la presencia de gendarmes en la city porteña, a las
múltiples declaraciones de funcionarios que pretendieron ahuyentar a los
compradores de divisas y a los obstáculos para que hasta el más pequeño de los
ahorristas se hiciera de unos pocos billetes verdes, en la víspera, la
entidad monetaria perdió otros 100 millones de dólares de las reservas.
»La derrota del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner
estuvo lejos de tranquilizar a los operadores. Si bien habrá que esperar las
próximas luchas quijotescas contra esos molinos de viento en que se ha
convertido el mercado cambiario, muchos creen que frente a nuevos traspiés, el
Gobierno seguirá doblando su apuesta y recurriendo a más dirigismo y a
más intervencionismo...»
Evidentemente
Fernando Laborda no quiere que el Estado intervenga en el mercado. Es el
pensamiento neoliberal al palo.
2
Vos, ella, yo, millones de trabajadores que están haciendo lo que deben, no
estamos en la calle San Martín, haciendo la cola para comprar divisas.
Los periodistas de los medios hegemónicos, reaccionarios algunos, defensores de
intereses espurios y antinacionales otros, no se dieron cuenta todavía que
somos millones de Quijotes contra el mercado impune.
¿Quién ganará esta vez?
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