Lola era una marca argentina de galletitas de
principio de siglo, famosas por el cuidado puesto en su elaboración, llevada a
cabo con los mejores ingredientes y sin ningún tipo de agregado artificial, lo
que las convirtió en las preferidas de los grandes médicos especialistas que
las recomendaban para la inclusión en las dietas de sus pacientes, sobre todo
los que no podían ingerir alimentos convencionales. Tanto fue así, que en los
sanatorios, clínicas y hospitales comenzaron a incluirlas en la alimentación de
enfermos de toda clase. Cuenta la tradición que, estando de visita alguien en
un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires y mientras recorría junto a un amigo
las instalaciones del nosocomio, fue a dar a la puerta de la morgue, de donde
precisamente salía un enfermero empujando una camilla que portaba un cadáver.
Ante tal escena, el visitante, luego de mirar pasar al macabro cargamento,
giró, miró a su ocasional acompañante y le dijo: Ese, no quiere más Lola...,
aludiendo obviamente a la condición del fiambre, que ya no comería ni esa ni
ninguna otra marca de galletitas. Con el tiempo, la expresión vino a significar que alguien desiste en su intento por
alcanzar un logro que se le presenta inaccesible o, lisa y llanamente, abandona una tarea.
BREVE HISTORIA DE BAGLEY Y DE SUS
PRODUCTOS
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Bagley:
Historia de pioneros
En 1862, un norteamericano de 24 años llegó a la ciudad de Buenos Aires. Poco tiempo después de arribar, Melville Sewell Bagley se empleó en la droguería La Estrella, de la familia Demarchi. Desde allí, su espíritu inquieto lo llevó a buscar la receta para elaborar un tónico refrescante, basado en las cortezas de las naranjas amargas. A fines de 1864, lanzó Hesperidina, un aperitivo que se presentó como la solución a muchos problemas digestivos corrientes. Así fue el inicio de una empresa que, con el paso del tiempo, se convirtió en una de las más importantes y tradicionales del rubro alimenticio de Argentina y un referente indiscutido en galletas. ![]()
Hesperidina,
la marca registrada Nº 1
A pocos meses de su lanzamiento, Hesperidina ya era todo un éxito. Doce años más tarde se creó por ley, a instancias del propio Melville S. Bagley, la Oficina Nacional de Patentes y Marcas de Argentina. Como reconocimiento a su acción, el 27 de octubre de 1876 se le otorgó a Hesperidina la Marca Registrada Nº1 del país ![]()
El
primer slogan publicitario
Alentado por el éxito, en 1875 la empresa decidió encarar
una actividad en la que llegaría a convertirse en líder: la fabricación de
galletas. Su primer lanzamiento a la venta fue Lola, la primera galleta
elaborada por Bagley con una muy rápida aceptación desde el momento mismo de
su lanzamiento.
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Una de las
fundadoras de la Unión Industrial Argentina
Pocos años más tarde, el 7 de febrero de 1887 sería
Bagley una de las 14 empresas fundadoras de la Unión Industrial Argentina. La
lista de productos ya se había extendido; entre otras marcas, Bagley
fabricaba las galletas Lola, Soda, Variedad y Tertulia.
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Asimismo,
se decidió extender la distribución de productos a nivel nacional con el
apoyo de viajantes que se movilizaban en distintos medios de transporte con
la identificación de la empresa.
En
1880, el 14 de julio, una vida de esfuerzos llegaba a su fin: Melville S.
Bagley moría a los 42 años de edad pero la compañía continuaba su camino.
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