
Jorge Giles
El tornado dejó al desnudo una Ciudad de Buenos Aires
sin gobierno. Pero eso sí: con palos por doquier.
Palos cortados en
las calles y palos de la Metropolitana a los vecinos de la Villa 31 que
quedaron a la intemperie, literalmente hablando.
Como una burla
cruel, una revista de modas exhibe a Mauricio Macri vacacionando con su
familia. Luce distendido, con una raqueta de tenis en una mano y un bolso de
viaje en la otra.
Sigamos viendo
imágenes.
La cámara de CN 23
sorprende al Jefe de Gabinete porteño, Rodríguez Larreta, en el Aeropuerto de
Ezeiza a su arribo de Miami. Preguntado por la cronista porqué no estuvo
asistiendo a las víctimas de la tormenta feroz que atravesó la Ciudad de Buenos
Aires el pasado miércoles 4 de marzo o al menos arribar de urgencia un día
después, sólo atinó a decir que no haría declaraciones.
Sigamos observando.
El fotógrafo
dispara su flash en el instante preciso en que la ministra de desarrollo social
del gobierno de Macri, Carolina Stanley, desembarcaba el domingo del buque que
la trajo de su viaje de vacaciones en Punta del Este o sus cercanías,
acompañada por su esposo, Federico Salvai, jefe de gabinete de la Vice jefa de
gobierno del PRO, María Eugenia Vidal.
La tapa del diario
Tiempo argentino tituló esta imagen con el único título que se merece:
Escándalo.
Ahora dejemos ese
mundo de frivolidad, de abandono, de lejanías con el dolor de la gente y
miremos esas otras imágenes que son las de la tragedia: casas destruidas,
árboles arrancados de cuajo, techos volados y los titulares que a pocas horas
del tornado informaban de las víctimas fatales.
Sigamos en este
mundo real.
Hay imágenes fijas
y grabadas que testimonian la presencia de la Ministra de Desarrollo Social de
la Nación, Alicia Kirchner, del Secretario de Seguridad, Sergio Berni, del
Ministro de Planificación, Julio De Vido, de otros altos funcionarios del
gobierno nacional, allí donde se produjeron los daños.
Sigamos viendo.
Algunas imágenes
muestran la labor solidaria de la militancia kirchnerista, La Cámpora y otras
agrupaciones, colaborando con las tareas de socorro a las familias
damnificadas.
¿Cuál es la causa
que explica estas dos actitudes tan diferentes, entre las del gobierno de la
Ciudad y las del gobierno nacional?
Cada uno sacará sus
conclusiones.
Pero queda claro
que más allá de los diferentes modelos políticos en pugna, del tipo de Estado
que se gestiona, un Estado ausente versus un Estado presente, el macrismo
demuestra su absoluta ineficacia para gestionar en momentos críticos. Y lo que
más duele: manifiesta una profunda insensibilidad social.
Señores, la buena
gestión es antes que nada, una cuestión de amor por el prójimo.
El Argentino,
miércoles 11 de abril de 2012
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