Por
DOTAS URBANAS
Mientras
Rafael Correa escapaba del Hospital donde se encontraba secuestrado en una
escena propia de Fuerza Delta sin Chuck Norris, Escriba (Nicolas
Tereshuck) twitteó: "Pensar que si Alfonsín hacía esta se quedaba 20
años"
Juan
Abal Medina hace un tiempo en una charla dijo "Con la 125
nació el Kirchnerismo"
¿De
qué hablan Escriba y Abal Medina? Hablan de mística.
Alfonsín
asumió con mística. La apertura democrática, la gente en las calles, la Plaza
de mayo llena. Multitudes. Juicio a las Juntas, juventud radical, discurso
contra las corporaciones, contestarle a un sacerdote crítico desde su propio
púlpito, contestarle a Reagan en la propia White House y a los silbidos de la
Rural en su propia exposición. Hasta que un día aparecieron los Carapintadas,
la casa está en orden, felices pascuas. La historia lo puso ante un
punto de inflexión, la gran oportunidad de cristalizar esa mística, de hacerla
más intensa o dejar que se comience a resquebrajar. Las leyes de obediencia
debida y punto final como salida, como fuga hacia adelante o como forma de
mantener lo ya conseguido sin ponerlo en peligro, lo privaron en términos
históricos de ese paso más allá.
Correa,
en el balcón desde donde salió a enfrentar a los policías que lo habían atacado
les ofreció su vida.
-Mátenme
si quieren - les dijo mientras se arrancaba la corbata. Alfonsín, como buen
radical, no se sacó la corbata.
Kirchner,
una noche en plena batalla con las agrupaciones del campo, se sacó la corbata.
Se tiró cual estrella rocker sobre sus militantes que lo vivaban en la Plaza.
Más allá de los enormes errores que cometió el kirchnerismo en esa
disputa, se dotó de una mística con la cual aún no contaba. A fuerza de gestos,
políticas, discursos y bajada de cuadros ya había reconstituido la autoridad
presidencial. Continuó y profundizó la mejora económica que nació con Lavagna
cuando Duhalde. Renegoció la deuda, se le plantó a Bush en Mar del Plata y el
No al ALCA, se sacó de encima al FMI pagándole dolar x dolar. Pero le faltaba
un punto de anclaje. La Mesa de Enlace fue su gran oportunidad. Fueron los
carapintadas que tuvo Alfonsín. Kichner perdió aquella batalla y las elecciones
del 2009 fueron la mejor muestra. Pero nació la mística. El kichnerismo logró
el punto de cristalización de su sentido. El punto a partir del cual encadenar
todas sus creencias y discursos. El nuevo punto de partida para relanzarse y
así evitar el efecto pato rengo de todo segundo mandato. Se reinventó.
Visto
ahora en perspectiva, quizás la mística que el alfonsinismo traía del 83 y dejó
escapar en aquella oportunidad del 87, recién se cristalizó con su muerte en
2009. Otra chance que le dio la historia pero claro que más de 20 años después.
Muy tarde. En cambio, Néstor Kirchner que tuvo su punto de inflexión
litúrgico en el inicio de 2008 se murió en pleno discurrir de su mística a
finales de 2010. Un nuevo punto de anclaje todavía más intenso que da lugar a
la completitud del ahora nuevo significante equivalente: Cristina.
En
2007 fue Cristina, Cobos y vos. Heterogéneo, desabrido. Ahora es Cristina, él y
vos. Homogéneo, mítico y militante.
La
temprana muerte de Kirchner cristalizó para siempre su sentido.
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