martes, 7 de junio de 2011

En El Día Del Periodista… A Modo De Homenaje…


Gabriela Aguar

Querido Rodolfo:

Ante todo quiero expresarte mi admiración y mi respeto, aunque al dirigirme a vos, alguien pueda creer que es demasiado atrevimiento. Puede ser… En tal caso, me excuso por adelantado.
Desde que conocí acerca de vos, me sentí próxima, tanto a tu persona como a tu obra. Y, ante mis pocas posibilidades de hacerte un homenaje, como sé que te merecés, elegí tus palabras para darle nombre a mi blog, que es este lugar en el que escribo, a veces mejor, otras peor, pero siempre tratando de reflejar mi verdad relativa junto a lo que siento, que se hace un todo, imposible de separar a veces.

Rodolfo Walsh
Choele-Choel / RíoNegro 9-1-1927
Buenos Aires 25-3-1977

Ahora, con tu permiso "tácito", voy a hablar un poco de vos:
Supe que de chico querías ser aviador y eso me causó mucha ternura. Bien, como sabemos, no lo plasmaste en la realidad y a tu decir:
“Supongo que a partir de ahí me quedé sin vocación y tuve muchos oficios. El más espectacular: limpiador de ventanas; el más humillante: lavacopas; el más burgués: comerciante de antigüedades; el más secreto: criptógrafo en Cuba.”
Supe de la existencia de “Mar Negro”, aquel  veloz caballo que les dejó tu padre como única herencia.
Supe del colegio irlandés para pobres y huérfanos en Capilla del Señor, donde –con apenas 10 años- te resististe durante días a comer  esos odiados y repetidos platos de sémola y donde padeciste a Miss Annie, su temible vara de mimbre y las palizas que tenían lugar a diario.
Supe que, al igual que tu padre, eras hincha de River.
Supe de aquel chiste que perturbó tu inicio en la escritura (“Si Ud. piensa que puede vivir sin escribir, no debe escribir")  y de aquella novia, que como considerabas que escribía mejor que vos, te inhibía para que lo intentes también.
Supe de tu paso por Cuba y de tus años de silencio y también que no te adscribías a lo místico en la profesión, lo cual me causa nuevamente admiración. Porque hiciste lo que tenías que hacer sin sentirte “un elegido” por ello.
“… he sido traído y llevado por los tiempos; podría haber sido cualquier cosa, aún ahora hay momentos en que me siento disponible para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces.”
Supe que “Operación Masacre” cambió tu vida. Que fue un punto de inflexión. Que allí apareció “el mundo exterior”, parte fundamental de tus escritos para siempre. Punto de contacto quizás entre nosotros, pues no sé si decirte que a mi vida la cambió, pero sí la marcó y en forma indeleble.

La primera edición de Operación Masacre fue hecha en 1957.
En 1964, se realiza una edición en la que se incluye el expediente Livraga.

Pero bueno… éstas son apenas algunas de las cosas de las que tuve conocimiento*, después de tantos años, y que, en esta oportunidad, tuve intención de compartir con quienes se acerquen a leer estas palabras, que hoy te escribo.
Ahora, si me dejás, quisiera hablarte a vos:
Sé que pasaste tiempos fuleros, y que te hiciste duro y corajudo, pero también sé que nada/nadie logró quitarte la sensibilidad, no quizás esa sensiblería que, en ocasiones, tenemos algunos, sino la sensibilidad para “ver al otro", para “comprometerte con la lucha de tu tiempo”, para “no cejar ante ningún enemigo”.
Sé que la muerte, en enfrentamiento con las Fuerzas Armadas, de tu hija Vicky, quien no estaba dispuesta a entregarse con vida y vos lo sabías, despertó en vos la convicción de que el camino que ella eligió fue el más justo, el más generoso, el más razonado. Y que eso te hizo sentir muy orgulloso de ella, a pesar de tu dolor de padre.

"Ustedes no nos matan, Nosotros elegimos morir"
Vicky Walsh

Te soy sincera. A veces siento rabia de que no hayas sido más cuidadoso con tu propia vida (tan valiosa y necesaria). Pero después me digo que no hubieses sido vos mismo… que la indignación ante la injusticia que te movía, era algo imposible de ocultar o exiliar. Que debía ser así. Es como si yo pudiera transitar el camino que transitaste para comprender a Vicky…
Muy pronto te fuiste, como tantos otros compañeros. Y nos dejaste pensando en esas cosas que uno no debe pero a veces piensa y es “¿Qué habría dicho, opinado, escrito Rodolfo con respecto a esto…?”
Tus asesinos fueron los verdugos de toda una generación, fueron los sátrapas, los genocidas. No se conformaron con poco Rodolfo. Ellos fueron todo lo que imaginaste, lo que vislumbraste, lo que supiste y más todavía.
Te alegraría saber que muchos de ellos están presos en cárceles comunes, después de una larga lucha, que incluyó varios lamentables capítulos, pero que hoy nos da esta satisfacción.
No te sorprenderá saber seguramente que no se han arrepentido de nada, de ninguna de las atrocidades cometidas. Es más, se dan el lujo de victimizarse, siguen hablando de “una guerra” y lo peor: hay quienes apoyan ese razonamiento y también quienes ven todo aquel horror con una funesta indiferencia.
Por otra parte, nobleza obliga, debo decirte que teniendo en cuenta ciertos escritos tuyos que tuve el gusto de leer, creo que en algunas cosas no estaríamos de acuerdo. Pero, sin ninguna duda,  yo seguiría admirándote Rodolfo, como siempre lo he hecho, porque tu dignidad, tu honestidad, tu entrega  y  tu valentía así lo ameritan.
Te cuento que en nuestro país, hoy vivimos una época nueva, una época de grandes transformaciones, de enormes desafíos, una época de participación política, de compromiso con las convicciones y fundamentalmente, una época de libertad. Estoy segura que eso sería muy reconfortante para vos.

“La realidad no sólo es apasionante, es casi incontable.”


Hoy, a pesar de que los representantes de la derecha recalcitrante (los que siempre existieron, existen y existirán,  ahora multiplicados en los medios de comunicación) se quejen y repliquen y quieran invisibilizar a gran parte de la sociedad,  nadie tiene que salir a defender lo que piensa a riesgo de perder la propia vida, como sí tuviste que hacerlo vos.
Años de democracia nos ha costado… llevamos ya casi tres décadas… pero aires de libertad como éstos, donde cada quien dice lo que le parece sobre quien quiere y sobre lo que quiere… creo que te resultaría inédito.
Pienso que somos afortunados. Pero quedate tranquilo… que no olvidamos. Seguimos atentos, en la lucha.
Hoy, como en tantos otros momentos, muchos quisiéramos tener tu palabra, leer tu columna en un periódico, o pasar por una librería a comprar un nuevo libro tuyo. Un lujo que no podemos darnos, pero que suplimos recordándote, releyéndote, valorándote.
En fin, para terminar (y ojalá no te resulte cursi) elegí este día para escribirte porque es 7 de Junio Día del Periodista. Tu Día. Y quise a través de este pequeñísimo homenaje a tu persona, hacer extensivo el reconocimiento a quienes se toman su profesión con seriedad, con amor, con pasión, con compromiso, con honestidad. Y nos brindan, tal como vos lo hiciste, lo mejor de sí mismos cada vez.
Son los que no quieren que se acallen las voces de nadie.
Son los que luchan porque las verdades sean dichas, cueste lo que cueste.
Son los que se indignan frente a una injusticia.
Son los que se enfrentan a verdaderos “Goliats” que hoy existen.
Son los que nos ayudan algunas veces a entender las cosas, otras nos invitan simplemente a repensarlas.
Son los que, en ocasiones, nos emocionan.
Son los verdaderos PERIODISTAS…  a quienes hoy, desde este humilde lugar, deseo un MUY FELIZ DÍA.

Y en cuanto a vos… ya sé Rodolfo, que estés donde estés, siempre hay algo que me llevará de vuelta a buscarte.
Así que no me despido.
Sólo –como si estuvieras cerca- te doy un fuerte abrazo y como siempre, te digo… una vez más… GRACIAS.



*Los datos de la primera parte de este post fueron obtenidos a partir de la lectura de
  Rodolfo Walsh, Ese Hombre y Otros Papeles Personales. Ediciones de la Flor. Buenos Aires. 2007.

No hay comentarios:

Publicar un comentario