Por Horacio Verbitsky
Derechos Humanos estuvo asociado desde el golpe de 1976 con la generación de
los progenitores de las personas detenidas-desaparecidas, y sus emblemas fueron
las Madres y las Abuelas. Recién en 1995, luego de la confesión del capitán
Scilingo, que terminó para siempre con las versiones contrapuestas sobre lo
sucedido, la generación de los hijos se mostró a la luz pública. Hasta entonces
vivían aislados y escondidos, como si no fueran víctimas sino culpables de
algo. Criados con la consigna del silencio y el disimulo, cada uno sobrellevó
como pudo su tragedia, en forma individual y en muchos casos sin conciencia de
la historia de la que eran parte. El primer gobierno posdictatorial impulsó el
juicio a los ex comandantes y eso bastará para asegurarle un sitial destacado
en la historia argentina. Su objetivo no ostensible era poner a las Fuerzas
Armadas a la defensiva para que no jaquearan a su gobierno como hicieron con
todos los anteriores, y el declamado, establecer una cultura de la juridicidad,
que descartara el recurso a la violencia. Pero nunca tuvo un solo gesto de
reconocimiento a las víctimas de la barbarie que ellos desataron, lo cual
prolongó su estigmatización y el aislamiento de sus hijos. Al confirmar desde
la propia experiencia aquello que las víctimas venían denunciando, Scilingo les
permitió liberarse de esa cárcel virtual en la que seguían enclaustrados. Por
entonces eran pibes que en pocos casos llegaban a los veinte años. Hoy se aproximan
a los cuarenta y con Martín Fresneda ocupan desde ayer la Secretaría Federal de
Derechos Humanos. Los padres de Martín Fresneda y de su hermano Ramiro, Tomás y
María de las Mercedes Argañaraz, fueron secuestrados hace 35 años en Mar del
Plata y no volvió a saberse de ellos ni del bebé que ella gestaba desde hacía
cinco meses. Inmune a las presiones de la línea burocrática de la secretaría,
Cristina eligió a Fresneda, abogado en las causas por los crímenes cometidos en
Córdoba bajo el mando del ex general Luciano Menéndez. Lo hizo como una más de
las señas que viene emitiendo desde su reelección a favor del tan saludable
recambio generacional. Pero, además, Fresneda anunció que entre las prioridades
de su gestión estará acelerar el proceso de búsqueda e identificación de los
restos de los detenidos-desaparecidos, una tarea que iniciaron en soledad hace
dos décadas el camarista Horacio Cattani y el Equipo Argentino de Antropología
Forense y que ahora recibirá el respaldo del Poder Ejecutivo. También se hará cargo
de otro tipo de violaciones a los derechos humanos que ocurren en democracia,
no por voluntad de un gobierno como en tiempos del Estado terrorista, pero sí
gracias a un activismo insuficiente de su parte para impedirlas. La puesta al
día de una agenda fundamental para la sociedad argentina y para el propio
gobierno nacional no podría tener mejor intérprete que el Ñato Fresneda. No
estará solo en el esfuerzo para que los derechos humanos además de pasado
tengan presente y futuro.
Por los derechos del pasado y del futuro
Miembro fundador de HIJOS Córdoba y ex delegado de la Anses en esa provincia,
el nuevo funcionario definió que trabajará por “más memoria, verdad y justicia”
y también en una agenda vinculada con la inclusión social.
Por Victoria Ginzberg
“Qué golazo, qué golazo, en la secretaría, los hijos del Cordobazo.” El canto
se compuso en el auditorio Emilio Mignone de la Secretaría de Derechos Humanos
un rato antes de la asunción de Martín “Ñato” Fresneda en el cargo. Y se
escuchó fuerte mientras se esperaba que el ministro de Justicia, Julio Alak, le
tomara juramento. Cumplido el ritual, Fresneda tomó la palabra. De su discurso
se puede deducir qué impronta quiere darle a su gestión. Habló de “dar vuelta
la página con más memoria, verdad y justicia y no con reconciliación e
impunidad”, dijo que “esta etapa nos exige nuevos desafíos en materia de
derechos humanos” y, en esa línea, definió “una agenda para el futuro, pensada
para los que todavía están postergados, que nos permita seguir profundizando el
camino de la inclusión y la justicia social”.
Varios cánticos sirvieron como bienvenida al cargo para el hijo de
desaparecidos, fundador de HIJOS Córdoba y abogado de causas sobre el
terrorismo de Estado. Fue coreado con entusiasmo: “Vení Menéndez, vení mirá,
Martín Fresneda en el gobierno nacional” o su segunda versión, que termina “los
subversivos cada día somos más”. La voz cantante la llevaban los HIJOS
cordobeses, que viajaron para acompañar a Fresneda. Pero el auditorio estaba
repleto. Fue una ceremonia con el espíritu del “no nos han vencido”, con el que
termina otra canción.
En el escenario, junto a la bandera argentina, un afiche de HIJOS y un cartel
de la Jauretche, la agrupación juvenil del kirchnerismo cordobés, resumían la
identidad política de Fresneda, quien hasta anteayer era delegado de la Anses
en la provincia que lo adoptó.
Después de jurar, el nuevo secretario se acercó al micrófono y se emocionó
antes de empezar a hablar, mientras escuchaba “se siente, se siente, Otilia
está presente”. Otilia Argañaraz, abuela de Fresneda, fue dirigente de Abuelas
de Plaza de Mayo hasta su muerte.
Fresneda comenzó agradeciendo a la Presidenta y recordó a Néstor Kirchner.
Contó que se había reunido con Cristina Kirchner y que, en ese encuentro, él se
había comprometido a “hacer todo lo posible”... “No, vas a hacer lo imposible”,
le retrucó CFK.
El flamante funcionario recordó y homenajeó a su antecesor en el cargo, el
fallecido Eduardo Luis Duhalde, y marcó dos directrices. Una vinculada con las
violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar y otra
relacionada con una “nueva agenda ligada al futuro, para seguir incluyendo a
los que están pasando necesidades, a los que todavía padecen el frío de la
impunidad, para hacer este soñado país para todos”.
Sobre el terrorismo de Estado, habló de su historia personal, que es también la
historia del país. “Soy el orgulloso hijo de Tomás Fresneda y María de las
Mercedes Argañaraz”, marcó. Sus padres fueron secuestrados en julio de 1977 en
Mar del Plata, durante la llamada Noche de las Corbatas, como se conoce a la
desaparición de un grupo de abogados laboralistas. Su mamá estaba embarazada de
cinco meses, por lo que él sigue buscando a un hermano o una hermana. “Lo vamos
a encontrar, Martín”, le gritó Pablo Díaz, sobreviviente de la Noche de los
Lápices desde su asiento.
Fresneda, entonces, se refirió a la búsqueda de los nietos desaparecidos y
también hizo hincapié en la política de identificación de los restos de las
víctimas de la última dictadura. “El Equipo Argentino de Antropología Forense
hace una maravillosa tarea de recuperar esas almas para que las Madres y las
Abuelas puedan despedir a sus hijos y nosotros a nuestros padres”, dijo.
Lo escuchaban las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo sentadas en las primeras
filas. Luego, se mezclaban funcionarios y miembros de otros muchos organismos
de derechos humanos. Horacio Verbitsky encabezaba una delegación del CELS,
estaba Hugo Cañón, de la Comisión Provincial por la Memoria; Lita Boitano, de
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y Luis
Fonderbrider, del Equipo Argentino de Antropología Forense. El abogado Rodolfo
Yanzón, el fiscal Félix Crous, Claudia Carlotto, de la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad; Eduardo Jozami, director del Centro Cultural de la
Memoria Haroldo Conti, y los subsecretarios de derechos humanos Luis Alén y
Marita Pérceval. Estaban algunos dirigentes de La Cámpora, como los diputados
Eduardo Wado De Pedro y Horacio Pietragalla, el legislador Juan Cabandié y el
secretario de Justicia Julián Alvarez. Los diputados Remo Carlotto y Diana
Conti y muchos integrantes de HIJOS. Además de Alak, también participaron el
ministro de Defensa, Arturo Puricelli y la Defensora General de la Nación,
Stella Maris Martínez.
Antes de los saludos y abrazos, Fresneda señaló que trabajará con quienes están
colaborando desde la gestión anterior, que las transformaciones se hacen “entre
todos” y resumió: “Fui uno de los tantos chicos que criados en los locales de
los organismos de derechos humanos. Esa es mi lucha. Pero también siento que
debemos ir por más”
No hay comentarios:
Publicar un comentario