viernes, 5 de noviembre de 2010

Pensando la Argentina


Por Martin Latinoamerikano


Lo que voy a comentar es, brevemente, que pienso respecto de la Argentina luego de la muerte de Néstor. Por supuesto, son impresiones personales y no quiere decir que tenga razón, al contrario, lo planteo como para debatirlo. De última no deja de ser un recuento de algunas cosas que en este blog vengo diciendo hace rato, así que calculo que no voy a sonar muy renovado.


1) Lo primero que me parece interesante marcar es algo que se está pasando por alto en la Argentina de hoy. Mas allá del factor emocional que hace que hoy Kirchner sea (¿momentáneamente o definitivamente?) revalorizado, no se debe perder de vista que tanto Néstor como Cristina ya estaban logrando un fenómeno que históricamente jamás había sucedido: resurgir de las cenizas. Fidanza (de Poliarquía) decía hace poquito de Néstor y Cristina:
"Nunca he visto un caso de un presidente argentino antes de rebotar en las encuestas como ésta"

Es decir, se cumple lo que muchos dijimos (quizá en minoría) cuando todos apostaban al post-kirchnerismo (incluso el propio Fidanza): habría una recuperación. La recuperación era esperable y no tiene que ver con la muerte de Néstor exclusivamente. Es mas, la intención de voto de Cristina solo creció 4 o 5 puntos, quizá 7 (vitales, por cierto) en las encuestas a sólo una semana del fallecimiento del ex presidente. No obstante, los candidatos oficialistas venían creciendo de 25-30 puntos a casi 40, y de imagen positiva de menos de 30 a arriba de 50. Es decir: no nos equivoquemos, la razón por la que los Kirchner crecieron y crecen es porque, definitivamente, son los mejores de lo que hay y es muy visible. No importa si gusta lo que hacen y lo que piensan, lo que importa es que está claro que hacen y que piensan. Además el resultado era previsible porque tiene que ver con la forma sinusoidal en que, parece mostrar la experiencia, funciona la población respecto a sus componentes no racionales para volcarse por unos u otros. Desde lo objetivo no hay demasiadas razones para odiar a Néstor o Cristina Kirchner, vale decir, no estamos viviendo caos social, situaciones de violencia realmente inéditos, vacío de poder, no está parada la industria ni la producción, y en general las áreas diversas como educación, medios, seguridad social, están evolucionando favorablemente y sostenidamente. La campaña de demonización de los Kirchner fue parida demasiado temprano, no se puede sostener durante cuatro años, no hay antecedentes de eso. La oposición y los grupos económicos concentrados con Clarín como su vocero oficial apostaron al derrocamiento, y fracasaron. No se puede sostener demasiado tiempo una posición anti absolutamente pasiva como la de la oposición, porque los que tienen la capacidad de hacer –no solo capacidad intelectual, también material– te pasan por encima. Yo alguna vez dije acá que Carrió amaba a Néstor Kirchner. La ironía tiene algo de realidad: Carrió eligió no declarar nada, porque le falta el eje de su discurso, no habla porque no tiene de que. Muchos seguimos esperando el plan de De Narváez, incluso los que no lo votamos. No es improbable que quienes lo votaron se sientan un poco defraudados. La oposición ha fracasado incluso en su intento de no hacer política o impedir que se la haga, y ha fracasado porque es una batalla de egos, es como un grupo de caballos tirando en direcciones divergentes, descuartizando la única chance que le queda.

2) Es imperioso que el oficialismo profundice algo que lo caracterizó desde el inicio: ser una corriente integradora. Hace bastante tiempo ya que se ha instalado la idea de que el oficialismo es segregacionista y confrontativo. Pero, irónicamente, es la fuerza mas heterogénea en su composición interna desde el vamos. Pudiendo ser groseramente descripta, si se quiere, como una “interpretación de izquierda” del peronismo, tiene ni mas ni menos que un gobernador en la provincia más importante (otrora vicepresidente) que está ideológicamente (?) muy cerca de lo que vulgarmente se conoce como “derecha”. Tiene en sus filas hombres y mujeres del radicalismo, del socialismo y del progresismo que no han sacado los pies del plato y que suponen que Cobos es el caso mas visible, pero no confirma una regla. Posiblemente, el conflicto de la 125 fue el momento en el que el oficialismo se vio mas resentido por las deslealtades varias y se cerró un poco mas (amén de que algunos grupos se acercaron justamente a partir de ese momento, especialmente de sectores sociales militantes o meramente simpatizantes). Desde entonces, muchos hemos acusado, creo que equivocadamente, a los sectores de clase media, no peronistas y fundamentalmente progresistas de oponerse al gobierno cuando en realidad algunos de esos sectores son los que hoy lo nutren mas fuertemente y también son los que pueden acercar mas voluntades (mas allá de los que piden la reunificación peronista y la expulsión del progrerío, Sabbatella fue lo mas cercano al oficialismo crítico en 2009, no precisamente Solá, De Narváez o Claudia Rucci). Guste o no, esta es la realidad matemática: el sabbatellismo es suma prácticamente pura, el peronismo disidente es más resta que suma y no tiene ninguna intención de sumarse ni de sumar. Vale de ejemplo uno de los que, se supone, es de la línea mas blanda dentro del sector disidente:
Das Neves habló de su experiencia en el velatorio en la Casa Rosada. Dijo haber visto “más jóvenes con su puño izquierdo en alto que con los dedos en ve” y consideró que hubo una “fabulosa operación mediática oficial” para inflar las cifras de la concurrencia.

Incluir, sumar, peronizar, pero sin rinoscopías ni análisis de ADN, y si nos preguntan Martha Holgado era la hija del General, jijiji. Primarias abiertas para todos. (¿Se entiende por que es mejor que sean abiertas?).

3) Es clave dejar de tenerle miedo al presente y al futuro. Repito: dejar de tenerle miedo al presente y al futuro. Dicho a lo bestia: ¡la tele y el twitter también suman, chabón!. Y la heterogeneidad. No tenerle miedo ni a las nuevas formas de militancia, ni a las nuevas composiciones. Minimizar el dogma y maximizar la apertura mental es crucial. Si la TV pudo transmitir cosas que no pudo la militancia "tradicional", si los blogs lograron tanto debate político como las reuniones físicas, entonces el fin justifica los medios. Si jóvenes floggers se tatúan a Néstor y una mina de Palermo Holywood se siente profundamente cristinista, ellos también son parte fundamental de un proyecto colectivo. A su manera, pero lo son. “Multiplicar es la tarea”, je.
¡Si hasta soy capaz de bancarme el apoyo de Tinelli!

4) No recostarse sobre la figura de Néstor: Otra clave en mi opinión. Néstor fue un estratega, un líder nato, un verdadero grande de la política. Pero si bien podemos contar con sus enseñanzas y su legado, ya no podemos contar con el en la coyuntura. Es peligroso creer que la figura de Néstor es un piloto automático. Néstor sería el primero en putearnos, posiblemente. Hay que redoblar la apuesta. Me gustó una idea que leí por ahí de que el gobierno debería convocar a un grupo de economistas que coincidan con el proyecto nacional. Ideas como esas hacen falta. Se necesita cubrir a un tipo muy capaz, que tenía todo en la cabeza. Queda su mujer, que es sencillamente brillante, pero que es una parte y no el todo de aquel equipo implacable.

5) Hay que pensar el 2012. ¿Cómo? ¿Qué? Y si… si queremos ganar, tenemos que pensar para que y como. Porque aún si el efecto social del fallecimiento de Néstor nos regalara el triunfo el año que viene (lo cual hablaría bastante mal de nosotros), eso no va a durar 5 años. Hay que hacer una autocrítica seria (no lo que vulgarmente se conoce como “autocrítica” y no es mas que una auto flagelación o un intento de interpretar racionalmente los delirios anti, o sea, autocrítica no es sumarse a la gilada de “el INDEK” y “la inseguridad”, eso lo hace cualquiera, la autocrítica requiere un verdadero esfuerzo y reflexión). Hay que ver por que hubo tantas dificultades para lograr apoyo de sectores sociales que han visto mejorar sus condiciones de vida o si, efectivamente, la cuenta pendiente sigue siendo muy grande respecto al eje del proyecto que es ni mas ni menos que la Justicia Social para con los que aún están afuera o con medio pie adentro. Yo creo que hay de todo un poco. Una frase de Perón me parece clave, la he citado varias veces porque me impacta por su sencillez:
¿Como puede ser que en un país en que está todo por hacerse haya miles de desocupados?

Hay menos, pero hay. Hay menos excluidos, pero hay. Sabemos que este es un camino duro y largo, somos concientes de que los cambios son difíciles y cada vez lo van a ser más, porque el margen de acción se achica. Pero tenemos que ser concientes también de que falta, que si bien no está todo por hacerse si hay mucho por hacer todavía.

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